Éxodo 3: Space Debris

PROLOGO: LO OCURRIDO ANTES DE EXODO 3

Tras los sucesos acaecidos en el capítulo 2, la flota humana abandonó Nidro y viajó durante 3 días en dirección al sistema Kepler, tiempo durante el cual las cosas se asentaron tras los ajetreos pasados.

Al llegar al sistema comprobaron que los dos planetas que tenían delante (Kepler B y C) eran muy diferentes entre sí. Las sondas mostraron cómo Kepler B era una bola de hielo durante las noches, convirtiéndose en océanos de ácido durante el día. Por el contrario, Kepler C era una inmensa jungla cuya actividad animal diurna parecía salvaje, pero que palidecía por la noche, cuando los gigantescos depredadores dominantes salían a cazar.

Por otro lado, flotando entre la Moisés y los dos planetas a conocer, se erguía silencioso y a oscuras un gigantesco pecio espacial, que albergaría numerosas sorpresas para los argonautas.

Finalmente, por sorpresa casi para todos los argonautas, una pequeña nave atracó en los hangares de la Moisés, portando a una delegación de la Confederación Político Planetaria que tenía intención de negociar la vuelta a la CPP de la flota con los dirigentes humanos… si es que estos estaban interesados.

EL PECIO 

Los humanos enviaron raudos una expedición numerosa al pecio, esperando encontrar fragmentos de tecnología útil y valiosa en su mayoría, otros con la mera disposición de averiguar qué había ocurrido y quién viajaba en esa nave.

Enseguida se vieron atacados por criaturas con aspecto de perros demoníacos, seres creados a partir de la energía oscura de alguna maligna dimensión, que resultaron ser peligrosos adversarios.

Y aún peor, poco después surgía un espectro, una criatura intangible para sus armas físicas y de energía. Su letal toque causaba parálisis temporal y un dolor atroz, como si la vida le fuera consumida a la víctima y envejeciera prematuramente.

Los argonautas conocieron poco después a una versión envejecida de Centurión. Al principio creyeron que se trataba de su famoso héroe al que los espectros habían envejecido, pero tras escuchar su relato, descubrieron que aquel pecio era una versión de otro plano de su propia Moisés. Centurión B había luchado contra los espectros por salvar a la poca población de la nave que se hallaba a salvo en las salas de criogénesis, siendo millones de personas destruidas por el cruel tirano de su plano, Proptos Atticus B, quien se hizo con el poder mientras la humanidad escapaba de una flota destructora alienígena.

En su periplo por el hiperespacio, Proptos fue perdiendo la razón. Primeramente intentando salvar a todos, su juicio nublado por algún ser de la disformidad tergiversó su percepción de la realidad, y acabó repartiendo lo que él creía era misericordia para los suyos: muerte entre terribles sufrimientos, cuanto más cruenta o espantosa, mejor.

Lamentablemente, Centurión B apenas pudo narrar esta historia, sino que los argonautas fueron desentrañándola mediante archivos que el propio Proptos había diseminado por la flota, en un postrer acto de lucidez. No, Centurión B solo tuvo tiempo de sacrificarse por los recién llegados, a cambio de que éstos prometieran salvar a sus propios amigos de la ruina que les esperaba. Los argonautas accedieron, y el héroe de la Tierra B logró entregarles el único arma que era capaz de dañar a los espectros absorbedores de vida, antes de desaparecer en medio de una maraña de aquellos terribles monstruos.

Los argonautas tardaron bastante en desentrañar el misterio de tal arma. Mediante ingeniería inversa, sus científicos y constructores replicaron el artefacto, comprendiendo que necesitaban catalizadores que resonaran en la misma frecuencia cuántica del universo del que procedía la Moisés B.

Por fortuna, numerosos fragmentos de las destruidas Mandamientos del pplano alternativo, y de meteoritos diminutos arrastrados por los viajes hiperespaciales de la Moisés B habían caído en Kepler C, y las armas anti espectros obtuvieron la última pieza que les faltaba.

Sin embargo, las típicas actitudes egoístas de los humanos condujeron a que los argonautas solo contaran con los recursos necesarios para construir una de estas armas inicialmente. Armados con ella, entraron de nuevo al oscuro y tétrico pecio, enfrentándose entonces a muchos más enemigos de los esperados, y sufriendo bajas por ello. Frankie Sanders cayó bajo el hacha de una criatura demoníaca. Xuan Xin Xang cayó por la acción de los espectros y fue abandonado en la huida por sus compañeros, sin saber con certeza si había muerto; algo que más tarde lamentarían. En el siguiente embate, Bethelda Cossmotecan dejaría huérfano a su hermano. Tras un espectacular combate de Chad Blake contra la réplica de otro plano del Cyborg hallado tiempo atrás en la estación orbital Ganímedes, Tedax Redax se sacrificó por sus compañeros impidiendo que la explosión resultante de la derrota de este ser los matara a todos.

Muchos muertos, sacrificios cruentos que la Estrella Canina, el ente que había envenenado la mente de Proptos Atticus B, absorbía con deleite. Los argonautas alcanzaron finalmente los últimos niveles más profundos del pecio, y dieron no solo con la sala de criogénesis que Centurión B les pidió salvar, sino con el propio núcleo que albergaba el cadáver putrefacto de Proptos B y la maligna esencia de la Estrella Canina.

Tras urdir una ingeniosa solución para salvar de una tacada todas las cápsulas de criogénesis, instalando un motor de salto experimental en la propia sala, los argonautas se dirigieron al encuentro final contra la amalgama de espectros que conformaban el cuerpo “material” del monstruo. Su energía disforme ya había dado muestras de ser muy peligrosa para la flota, enviando oleadas de demonios y espectros a la Moisés, e incluso absorbiendo toda la energía que los cañones láser de la flota disparaban contra ella. Se encontraban en un momento crítico en el que la flota debía decidir si saltaba al hiperespacio arriesgándose a que el pecio los siguiera, o si destruían el núcleo. Por fortuna, la decisión fue la segunda.

Un destacamento de militares veteranos junto a científicos y constructores acudieron al pecio, y mientras unos luchaban contra la amalgama espectral, otros intentaban colocar los artefactos necesarios para provocar el salto del pecio de vuelta a su plano natal. Muchos fueron los que sufrieron el toque envejecedor de los espectros, sacrificando su juventud en beneficio del resto de la humanidad. Y gracias a ellos, el pecio saltaba pocos minutos después…

KEPLER B Y C

Los planetas del sistema Kepler que resultaban de interés para la flota por sus recursos resultaron ser muy distintos entre sí. Kepler B era un enrome océano de ácido que se congelaba por la noche, mientras que Kepler C era una inmensa jungla cuyos depredadores más peligrosos salían de noche de cacería.

Kepler C albergaba además un curioso personaje: Lizzard Grills, el último superviviente de un comando mercenario que se estrelló aquí a causa de los daños que el ácido de Kepler B había provocado en sus sistemas. Lizzard vio cómo una enorme criatura carnívora se cenaba a sus camaradas, y durante años sobrevivió como pudo en medio de la selva.

Cuando los argonautas lo conocieron, su cabeza no funcionaba muy bien, pero poco a poco se ganaron su confianza y respeto, participando en las duras pruebas que les presentaba. Al final, al derrotar al monstruo que mató a los suyos, los argonautas lograron hacerse con la esfera que Lizzard había sustraído del templo guardián de Kepler B, y permitieron que el aún un poco ido thocatli subiera a bordo de la Moisés con ellos.

Kepler B era un páramo helado que se transformaba en una trampa letal de ácido durante el día. Por ello la única incursión a su superficie, en busca de un templo dedicado a los Guardianes, se realizó de noche. Lamentablemente alguien (luego sabrían que los mercenarios de Lizzard) había saqueado el templo, y poco podían sacar de él.

Sin embargo, la visita no fue en vano. Allí conocieron al avatar de uno de los 4 Heraldos de los Guardianes, Mauthane. Aquel ser soberbio y que helaba la sangre de los presentes se dignó a hablar con los humanos, dejando muy claro que sólo tendrían una oportunidad de tratar con ella: entregarle a los metamorfos que sabía que ocultaban. A cambio les tentó con la oportunidad de recuperar a Xuan Xin Xan, algo que los humanos aceptaron inicialmente. Sin embargo fue un trato que no llegaron a completar, por lo que finalmente la poderosa Heraldo acabó con la existencia del regresado thocatli, a quién había permitido volver a la vida temporalmente.

Mauthane, tenga o no libre albedrío al margen de obedeces a los extraños y peligrosos seres conocidos como los guardianes, se ha convertido ahora en una amenaza absoluta para la flota, pues el no cumplir con el pacto la ha enfurecido. ¿Pero quiénes son estos guardianes?

METAMORFOS Y GUARDIANES:

Entre los seres que viven en la flota habitaban en secreto miembros de una antiquísima raza que supuestamente se extinguió de nuestro Universo hace eones: los metamorfos. Según los escasos documentos que recogían algo sobre ellos, eran seres capaces de mimetizarse genéticamente con otras razas, de modo que a todos los efectos se convertirían en uno más, imposibles de detectar por medios científicos.

Estos metamorfos habrían guiado a la humanidad (y quién sabe a cuántas otras razas más) a través de su historia para protegerla de la maldición que asolaría el Universo: los Guardianes.

Aparentemente estos seres de otra dimensión se alimentan de la energía de nuestro plano de algún modo misterioso, quizá consumiendo estrellas como el Sol, quizá a través de la destrucción de otras civilizaciones. A lo largo del corto periplo de la flota, la humanidad ya se ha topado con varias razas que los adoran, y otras muchas que los temen con pavor. Así, los tan escasos metamorfos serían los responsables de haber salvado a la humanidad a tiempo, justo antes de que el Sol muriese.

Sin embargo, los metamorfos han sido puestos al descubierto, y al menos Mauthane la Heraldo es consciente de ello, por lo que presumiblemente les dará caza sin piedad. ¿La humanidad pagará su deuda protegiendo a estos nobles seres como sus líderes han prometido, o estaremos ante uno más de los casos en que nuestra raza traiciona su moral?

¡Todo esto y más, será respondido en Éxodo 4: Bajo Tierra!

EPILOGO: HELDTHER

Así las cosas, la flota ha llegado a Heldther, un planeta en apariencia desierto, pero que alberga una civilización subterránea aparentemente amistosa. Las duras condiciones climáticas de la superficie parecen haber llevado a sus moradores nativos a desarrollar una civilización oculta bajo el suelo, sus urbes alojadas en enormes cavernas.

Es hora de que la humanidad establezca nuevas relaciones de amistad, y aprovechen para lamerse las heridas…

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